No escribo mucho como antes, mejor dicho desde el 2016. Volví a escribir nuevamente en mi viaje a New York, dejé de hacerlo nuevamente un año, y en el 2019 dediqué un texto a la persona más importante de mi vida: mi mamá.

Escribo esas líneas porque todo tiene algo en común: la pienso mucho y me demoro mucho en tomar una decisión y siempre es tardía. Aun recuerdo las palabras de mi mama que me dijo: “ A la próxima no te demores tanto” . Esa fue la última conversación que tuve con ella sobre situaciones de ese campo de batalla que aún no gano, aún no lucho, aún no disfruto pero que siempre pierdo.  Quise seguir conversando con ella sobre esos temas, darle mi confianza, pero le pensé mucho como si el tiempo no pasara, como si el tiempo me esperara, como si el reloj no diera una vuelta completa. Así es querido lector, la decisión llego tarde y el tiempo me volvió a ganar.

Hoy 2019, la cosa sigue igual. En ese territorio, en esa jungla de peleas pero de seguro de más placentera sigo demorándome mucho en tomar una decisión. Pensé que la decisión que tomé y que me demoré tres meses en pensarlo iba a ser diferente. Analice los pro y los contra, pero sabía que tenia hacerlo. Era el momento y algo en mi me decía hazlo, hazlo y hazlo. Siempre digo todo es por algo y creo que lo entendí cuando supuse el por qué. Yo me dije, tome esta decisión porque el destino quería presentarme a una guía para conocer ese mar de junglas. Sentí que así era. Sentí muchas señalizaciones pero volvió la tormenta de dudas, con vientos fugaces de ilusiones mías, verdad o mentira. Mientras navegaba entre ciclones, un turista yacía como espectador del encanto de la guía y de la jungla. Yo volando entre el si y el no, el foráneo ya había entrado a mayor territorio de lo que había yo andado. Sí, el ciclón fue titulado el tiempo por algunos metereológos, el demoro en tomar una decisión. Yo ya estaba a punto de arriesgarme, tenía todo para hacer algo bonito de lo que no tenía en ese bendito 2016, tenia esas ganas que aún necesito desahogar de aquella vez , esas ganas de dar sorpresas, esas ganas de escribir una historia.. Cuando había tomado la decisión me di cuenta que el ciclón me había vomitado lejos del “bienvenido” , muy lejos, a cientos de kilómetros de la gran jungla. Estaba en una isla, rodeado de mar divisando a lo lejos, como el foráneo se dejaba guiar.

Puedo estar erróneo en la comprensión, claro está, que es lo más probable. Disculpas por tardarme mucho y disculpas si es una comprensión errónea mía. Disculpas que aquí el idiota soy yo y disculpas futuras al próximo universo por mi habilidad en llegar tarde.......