Me encantan las estrellas

CAPÍTULO 1: TODO EMPEZÓ EN AGOSTO



Lunes 11 de Agosto del 2008. 
¡Despierta! gritaba el reloj en la cómoda.  Ya eran las seis y media de la mañana y tenía que ir a su colegio, ya que sus clases comenzaban a las 8. Ya habían acabado las vacaciones de las fiestas patrias que eran dos semanas libres. Ya era el momento de regresar al colegio y seguir cursando el cuarto año de secundaria. Ya era el momento de levantarse y comenzó a decir: "Otro Lunes como siempre". En realidad no sabía lo que le esperaba.

Se duchó, se cambió, desayunó y guardó en su mochila todos los cuadernos que le tocaba ese día. Se sentía cansado, tenía que cargar en sus espaldas diecinueve cursos y encima, todos los días, cargar los dos libros gordos de Matemática y Lenguaje. Salió de su casa y fue rumbo al colegio cargando en su mano derecha el cuaderno de control doblado. 

Una vez el señor de la puerta le había dicho que traía su cuaderno de control como si fuese periódico... 

Entró al colegio y se fue al segundo piso, pues ahí se encontraba su salón. Se sentó y comenzó a charlar con sus compañeros de cómo les había ido en sus vacaciones. Él se sentaba en la parte de al fondo del aula en la cual observaba las ventanas y puertas; por tanto, era una buena zona para "plagiar". Bueno, así pensaba él. El timbre sonó. Era el momento de comenzar las clases. Le tocaba a primera hora el curso de Álgebra. No le iba bien, pero sí mejor que los demás cursos de matemática como Geometría o Trigonometría. El profeso entró, pidió agendas, llamó a un alumno y mandó que lo llevase hacia el coordinador. El estudiante salió tan rápido como si fuese hora de salida y el profesor tomó su bala de enseñanza: la tiza.

Abrió su mochila y sacó su respectivo cuaderno de Álgebra. Su cuaderno era de la marca Standford. Le gustaba mucho esta marca de cuadernos. No era por las imágenes de portada o licencia que portaba sino eran sus hojas que no tenían comparación con otras y tenía ese "no se qué" que le gustaba. Sí, todos sus 19 cuadernos eran Standford. Se acordó que una vez en un año de secundaria forró todos sus cuadernos de color negro...

Puso su bloc sobre su carpeta, capturó sus lapiceros azul y rojo y, seguidamente apuntó en el espacio respectivo la fecha 11/08/08.  Sus ojos se le cerraban por el sueño, mientras el profesor explicaba los nuevos ejercicios algebraicos. Acostó su cabeza a la carpeta y se entregó a los brazos del Dios Morfeo.... 

Se despertó y ya estaban en varios ejercicios de Álgebra. Pensó que ya había pasado mucho tiempo. Sacó su reloj de mano en la mochila y ya marcaba las 8:25 de la mañana.

Después de unos minutos, él ya comenzaba a tomar atención a la clase cuando de pronto escuchó un ruido de otro salón semejante a carpetas y voces de los alumnos. El profesor también se percató del fastidio auditivo y salió rápidamente del aula. Después de unos segundos, observó como el educador regresaba, cerraba la puerta del recinto, pronunció unas palabras que no pudo escuchar y sólo entendió, a su parecer, "ya la conoceremos"....

Sólo habían pasado unos segundos más cuando se dio cuenta que la directora estaba en la puerta. Entró acompañada de una chica. Ella estaba vestida con el buzo del colegio y cargaba una mochila azul y blanca. En su mente inocente dijo: ¿Será la nueva profesora de educación física? Ella tenía un cabello rizado pelirrojo y una cara hermosa; como si ella se hubiera escapado del mundo de Morfeo, del mundo en el que él estaba hace ya unos minutos atrás. La directora prosiguió diciendo que era la nueva compañera del salón, que recién se había matriculado y prosiguió a darle la bienvenida. Ella con una sonrisa nerviosa se sentó en un asiento lejano a él y comenzó a prestar estar presente en las clases hasta diciembre, o quién sabe hasta más.

La directora se fue y la clase de Álgebra prosiguió por dos horas más. 

El profesor del curso de matemática se despidió, y entró la profesora de computación a recogerlos para ir al primer piso, ya que ahí estaban las computadoras. Ellos ingresaron al salón de computación. Esta era un aula mediano que constaba con dos filas de computadoras pegadas a las paredes y en el centro se encontraba la mesa de la profesora. El se sentó en la fila derecha junto a sus amigos; ella, la compañera nueva, se sentó al lado suyo. Sus amigos se rieron de él y pensó: "Si me habla normal, si no lo hace me da igual." 

La profesora comenzó a explicar que continuáramos con la programación de una calculadora en el programa Visual Basic. Mientras él desarrollaba su calculadora, su amigo Tomás comenzaba a fastidiarlo por lo que hacía en el computador, hasta que una voz femenina con un tono español se dirigía a él. Ella le dijo: "Oye¿entiendes este programa?,  no puedo realizar lo que pide". Él respondió con una voz tímida: "Sí claro, realizas esto y esto". Es así que comenzaron a hablar. Él le dijo que su nombre era Roberto y ella dijo: "Yo soy Fernanda". 

Es así que sus amigos comenzaron también a hablar con ella, y fue el inicio de un Lunes diferente y, por supuesto, días diferentes. No se acuerda que más pasó ese día, sólo sabía que su forma de hablar, y de ser lo impresionó tanto. Sí, tenía "ese no se qué" que le atraía y le parecía increíble. Quería descubrir que era, y claro tenía 4 meses por delante para descubrirlo y saber qué es eso que le llama la atención. Y como dice el título del capítulo "todo empezó en Agosto". Sí, sin saber que después de 8 años, también iba a comenzar de nuevo en Agosto..

Escrito el 10 de Febrero del 2011 

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